Hoy en día es muy común hacer compras en el terreno tecnológico y desde hace bastantes años hemos adquirido distintos aparatos de este tipo. En muchas ocasiones hemos sentido esa sensación de no haber realizado una buena compra o de habernos dejado llevar por la publicidad o nuestro bajo conocimiento en ese campo. Hoy voy a intentar que sepamos comprar mejor y sepamos diferenciar los productos entre los que vamos a elegir.
Primer paso: ¿Qué necesitamos?
En muchas ocasiones nos dejamos llevar por el precio del producto sin pensar en si nos va a satisfacer en nuestro día a día. Vemos ofertas de diferentes aparatos que elegimos y, cuando ya lo tenemos y lo usamos, nos damos cuenta que, al final, no era lo que estábamos buscando realmente.
Lo primero que debemos hacer a la hora de adquirir un producto es pensar en qué uso le vamos a dar.
Se pueden dar muchos ejemplos, pero algunos de los que están de moda y lo han estado últimamente son los smartphones y las tablets. Así que me voy a centrar en un principio en estas últimas.
Cuando decidimos comprar una tablet, podemos ir a las de cierta marca en concreto, de la cual tengamos otro producto y nos guste su funcionamiento, pero eso no siempre resulta como esperamos, ya que no todos los productos de esa marca se pueden adaptar a nuestras exigencias. Así que yo recomendaría primero analizar cómo queremos usar ese aparato: si lo queremos para navegar cómodamente desde cualquier lado, si vamos a requerir el uso de 3G, si vamos a ver vídeos o a conectarla a la TV, etc… En cada caso nos saldrá un producto adecuado a elegir.
Nos vamos a centrar en otro ejemplo, en el de los portátiles, para analizar ese tipo de ofertas que podemos calificar como “irrechazables”. Recuerdo haber visto hace poco en una tienda muy conocida de productos tecnológicos un portátil por poco más de 350€. Podemos pensar en un principio que es una muy buena oferta, pero hay que tener en cuenta que el rendimiento general del portátil va a ser reducido en algunos campos. Este tipo de portátiles de tan bajo coste tienen como objetivo navegar por Internet, usar suites de ofimática, ver vídeos y jugar o con muy bajo rendimiento o con muy baja calidad.
Así que es bueno realizar siempre este paso y, a partir de aquí, seguir adelante.
Segundo Paso: El presupuesto
Una vez que ya tenemos determinado el uso que le queremos dar al producto, viene la segunda parte, ver cuánto nos queremos gastar en este aparato.
Lo primero que debemos de tener en cuenta a la hora de elegir el presupuesto es que debe ser real, es decir, que debe adaptarse a las necesidades que nosotros le hemos impuesto a ese producto. Si reducimos demasiado el presupuesto es posible que el producto que vayamos a adquirir no cumpla todas nuestras expectativas.
En el caso de que nuestro presupuesto sea reducido, es cuando debemos decidir si perdemos algunas prestaciones del producto a cambio de abaratarlo un poco o esperamos a conseguir el dinero necesario para que el aparato sea exactamente el que nosotros necesitamos.
Ahora que ya tenemos presupuesto y funciones que exigimos a lo que vamos a comprar, queda la tarea de comparar.
Tercer Paso: ¿Cuál me gusta más? ¿Cuál es mejor?
Este es, quizás, uno de los pasos más importantes, ya que, aunque podamos creer que un producto se adapta a nuestras exigencias, es posible que haya tenido demasiados problemas o quejas sobre él.
Lo que debemos hacer aquí es elegir una serie de productos en los que estemos interesados y, una vez hecho esto, buscar esos productos, sus especificaciones, toda la información que podamos tener de ellos y buscar por Internet qué opiniones hay de ellos, si existen “reviews” o análisis de los mismos o incluso, si tenemos mucha suerte, comparaciones entre varios de los que hemos elegido para así tener más información sobre cuál se puede adaptar más a nuestras necesidades.
Después de todo este proceso ya tendremos una idea más clara de cuál debemos elegir y por qué.
Después de la compra
Me gustaría dejar esta parte clara, ya que puede llevar a cierta confusión. Es posible que, incluso después de haber realizado todo este proceso, el producto que hayamos terminado comprando no nos haya salido “bueno”, es decir, que seamos algunos de los que tienen problema con ese dispositivo, pero eso no quiere decir que el proceso esté mal, sino más bien que el producto está mal.
Ciertas consideraciones
Tengo que reconocer que en estos tiempos, el marketing que sufrimos es brutal y, en ocasiones, pueden hacernos sentir que necesitamos adquirir un nuevo producto cuando, en realidad, el que tenemos nos cubre perfectamente nuestras necesidades. Esto hay que tenerlo muy en cuenta a la hora de determinar si realmente necesitamos actualizar alguno de nuestros dispositivos.
Otra de las cosas que debemos tener en cuenta es que no hay que dejarse llevar por la publicidad que se centra en nuestras emociones a la hora de vender un producto. No es bueno, ya que podemos terminar comprando productos que tengan unas prestaciones muy superiores a las que nosotros realmente necesitamos, simplemente porque nos llaman más la atención, haciendo que nos gastemos más dinero en prestaciones que no vamos a usar.
Y, para terminar esta sección, me gustaría recomendaros que penséis más en la calidad del producto que en la marca del mismo. Con esto quiero decir que, en ocasiones, el precio del producto se ve aumentado simplemente porque lo ha hecho cierta marca, pero que en realidad podemos encontrar otro de una marca menos “conocida” pero que tiene las mismas especificaciones.
Conclusión
Como se puede ver aquí, el proceso de selección de un producto adecuado a nuestras necesidades puede ser largo, pero puede ayudarnos a tener un producto que nos sirva para mucho más tiempo y para los que nosotros mismos hemos decidido que lo vamos a usar.